ILUSIÓN. FANTASÍA. REALIDAD.











FOTOGRAFÍA DIGITAL 2008

PRESENCIA. Exposición en la Torre de la Calahorra (Elche)

En la actualidad se está produciendo una reconciliación o reencuentro del arte con lo sagrado, que en realidad estuvo siempre latente en algunas vanguardias de nuestro siglo. Sagrado entendido como esa necesidad que tiene el ser humano de conocerse a sí mismo y de conocer la realidad.

En este reencuentro con lo sagrado brota la idea de la siguiente propuesta.




El arte tiene la capacidad de expresar en forma poética y simbólica aquellos aspectos de la realidad que son inabordables e inexplicables desde otros ámbitos del saber como la ciencia.[1]

Una de las funciones básicas del símbolo y de la creación plástica consiste en ser instrumentos que nos facilitan el conocimiento del mundo y de uno mismo.



Crear un espacio de reflexión es en gran medida el objeto del presente trabajo, un lugar de contemplación para así desvincularse de lo conocido, donde fluyan las emociones de los espectadores.


SIN TÍTULO TÉCNICA MIXTA (LIENZO, ACRÍLICO, PAN DE PLATA, TUBO DE LUZ FLUORESCENTE) 210x 150 x 10 CM 2008

El hombre se revela a sí mismo a través del símbolo que puede cumplir una función mediadora entre elementos aparentemente separados como el cielo y la tierra, la materia y el espíritu, la conciencia y el espíritu, la conciencia y lo inconsciente.[2]

El lugar es una serie o colección de puntos de referencia, como la propia noción de identidad, noción de carácter geométrico.


SIN TÍTULO TÉCNICA MIXTA (LIENZO, ACRÍLICO, PAN DE ORO,COBRE Y PLATA, TUBO DE LUZ FLUORESCENTE) 210 x 90 x 10 CM 2008

Tratamos de lo que está ausente, de la libertad de la ausencia, de la imposibilidad, del refugio en lo sagrado, la interioridad o la ensoñación, del carácter fantástico del habitar, de las múltiples mediaciones e interpretaciones de escalas del que ve y de lo visto.

La verticalidad nos sirve como puente, vínculo entre varios aspectos de la realidad, entre lo terrenal y lo celeste.



MADERA, ESCAYOLA, PLÁSTICO, TUBO DE LUZ FLUORESCENTE 300x150x150 cm

Necesidad de aproximarse a lo sagrado como la necesidad que tiene el humano a vincularse al comos.
La lectura que debemos tener es de apaciguamiento ambiental, se nos da una visión del medio íntimo.


Y en modo alguno ambigua dialéctica interior-exterior.

El símbolo reaparece en formas lineales de luz insertas el conjunto de su estructura, a través de estas formas simétricas dejamos intuir que algo está ocurriendo.

SIN TÍTULO TÉCNICA MIXTA (LIENZO, ACRÍLICO, PAN DE PLATA, TUBO DE LUZ FLUORESCENTE) 210 x 90 x 10 CM 2008

Las primeras construcciones humanas vinculadas al pensamiento y no relacionadas con necesidades humanas inmediatamente prácticas, tuvieron como protagonista la luz.
Los meníres, edificaciones de Stonehenge, los obeliscos y las grandes construcciones astronómicas armonizan tres grandes temas: luz, tiempo y el cosmos. Esta unión se expresa en forma de aureolas, lenguas de llamas que muestran la diversidad de aquello que es divino y sagrado, casi la emanación de un estado energético superior.
La creatividad no siempre se sustenta de la razón, sino de aspectos intuitivos.
Pretender dar una veracidad del mundo, del cosmos de una forma lógica, se aleja de lo que es en realidad muchos aspectos de esta realidad que escapa a la lógica.

SIN TÍTULO TÉCNICA MIXTA (LIENZO, ACRÍLICO, PAN DE COBRE) 210 x 90 x 10 CM 2008
Símbolo concepto para conocerse así mismo, interpretarse.
La obra posee un cierto carácter arquitectónico, estimula una cierta acción por el espectador o, al menos la denota.

Significa antes que nada acceder a un espacio distinto para el espectador, un espacio que invite a la reflexión a través de la observación y la contemplación.

No estamos frente a una sucesión de elementos autónomos cada uno de ellos, sino frente a una continuidad, como si una invisible energía uniera todos los elementos en progresión, en movimiento, en una música cuyos componentes no pueden ser considerados singularmente, ya que sólo el conjunto constituyen una armonía.
[3]


La obra no es un sistema cerrado de relaciones internas sino un elemento en el sistema exterior relacional: obra-medio ambiente-espectador.
Tranquilidad de espíritu y placer sensual.




Así es que una palabra o una imagen es simbólica cuando representa algo más que su significado inmediato y obvio. Tiene un aspecto “inconsciente” más amplio que nunca está definido con precisión o completamente explicado. Ni se puede esperar definirlo o explicarlo.

Cuando la mente explora el símbolo, se ve llevada a ideas que yacen más allá del alcance de la razón. [4]


SIN TÍTULO, TÉCNICA MIXTA (LIENZO, ACRÍLICO, PAN DE ORO, COBREY PLATA, TUBO DE LUZ FLUYORESCENTE) 210x90x10 cm

Como hay innumerables cosas más allá del alcance del entendimiento humano, usamos constantemente términos simbólicos para representar conceptos que no podemos definir o comprender del todo.

El hombre, con su propensión a crear símbolos, transforma inconscientemente los objetos o formas en símbolos (dotándolos, por tanto de gran importancia psicológica) y los expresa ya en su religión o en su arte visual.



Son numerosos los creadores, en muy diferentes disciplinas, que en los últimos cien años han estado involucrados en el deseo de plasmar o reflejar en sus obras las ideas y los misterios ofrecidos por los escritos espirituales, las ideas metafísicas o los diferentes sistemas de creencias religiosas.



A finales de del siglo XIX y principios del XX, el interés por el ocultismo y el misticismo se fusionó con los géneros de la pintura abstracta, y ocasionó que se creara todo un entramado conceptual que se imbricaba de un modo muy intenso con los pensamientos espirituales.

Podríamos asegurar que estas inquietudes han estado presentes a lo largo de este último siglo y han tenido desigual repercusión en generaciones de artistas de muy diversos momentos, los cuales han creado nuevas maneras de entender y expresar sus preocupaciones artísticas en relación con conceptos, que podríamos denominar, místicos, simbólicos, religiosos o, simplemente espirituales.[5]


SIN TÍTULO TÉCNICA MIXTA (LIENZO, ACRÍLICO, PAN DE ORO, TUBO DE LUZ FLUORESCENE) 210 x 150 x 10 CM 2008

Ya encontramos en los simbolistas del siglo XIX su gusto por el ángulo recto, la línea horizontal y la vertical como axiomas puros del espíritu, anticipando a Mondrian y a la estética de De Stijl.[6]

Es un viejo sueño de los artistas que la creación de un entorno mejor y más bello promueva el surgimiento de un ser humano nuevo y más bello. Esta idea utópica tiene raíces metafísicas en el hecho de que está relacionada con las doctrinas religiosas de la salvación.
[7]




También el filósofo Ludwig Wittgenstein, con su precisa clarividencia, trataba de ofrecernos, no una respuesta, sino una constatación sobre el enigma del mundo: “lo que” es místico no es cómo el mundo es, sino que el mundo es y añade “Lo inexplicable, sin embargo, existe. Se muestra, es lo que es místico. [8]

Yves Klein reivindicaba en sus monocromos azules, el vacío y lo inmaterial como obras cargadas de “pura sensibilidad” que pretendían ver aquello que de visible tenía lo absoluto, la perfección, rozando lo sublime.




Una vez Beuys dijo: “Los seres humanos deben aprender a trascender su realidad. Deben crear un vehículo espiritual con el cual puedan llegar a un punto de vista completamente diferente”.[9]

Beuys formuló con el término «proceso paralelo» la importancia del lenguaje en su obra: el elemento material del arte tiene que ir acompañado de la expresión verbal de lo espiritual. Lo ideal y lo real tienden a una convergencia dentro de la plástica social.
[10]

Tàpies nos dice: la dimensión espiritual ha estado siempre tan presente que incluso ha hecho opinar que los impulsos espirituales y religiosos quizá hoy se hallan más en el mundo del arte, de la poesía, de la música…que dentro de las iglesias.
[11]



[1] Juan losé Llovell Andrés . Arte y diseño gráfico: Aproximación Interdisciplinar, pg.49
[2] Op. Cit. Pg. 51
[3] .Fundación Proa. Mario Merz: Obras históricas, Instalaciones. Buenos Aires, 2003, pág.35.
[4] Carl G. Jung. El hombre y sus símbolos. Paidós, Barcelona, Buenos Aires, México, 1995. pág 20.
[5] Picazo, G.: El instante Eterno.Arte y espiritualidad en el cambio de milenio. Castellón. 2001, pp. 13-14.
[6] Ruhrberg. Shneckenburgen.Fricke.Honnef, Arte del siglo XX, Taschen. 2005. p 25.
[7] Ruhrberg. Shneckenburgen. Fricke.Honnef, Arte del siglo XX, Taschen. 2005. p. 161.
[8] Picazo, G.: El instante Eterno. Arte y espiritualidad en el cambio de milenio. Castellón. 2001, p. 33.
[9] Ruhrberg. Shneckenburgen. Fricke.Honnef, Arte del siglo XX, Taschen. 2005. p. 293.
[10] Revista Almiar - nº 37 (diciembre 2007 - enero 2008)
[11] Picazo, G.: El instante Eterno. Arte y espiritualidad en el cambio de milenio. Castellón. 2001, p. 209.